Lectores

viernes, 4 de mayo de 2012

Capítulo 9

- No, yo nunca te dejaré. Prometí que seríamos amigos para siempre y no voy a fallarte. –Me estuvo consolando un rato y después salimos a comer fuera los tres.
- Os agradezco mucho que estéis apoyándome. Sois muy importantes para mí. Sé que no siempre he sabido recompensar todas las veces que habéis estado a mi lado y os pido perdón.
- ¿Perdón? Somos nosotros los que tenemos que darte las gracias por ser como eres.
- Alex, tu siempre me has ayudado, en lo bueno y en lo malo. Fuiste la única que no me dejó apartado el año en que me pusieron aparato. Estuviste siempre conmigo y no te importó que se burlaran de ti. Has sido la mejor amiga que alguien puede desear y estoy seguro de que Niki piensa como yo.
- Es cierto. Siempre has sido como una madre para mí. Recuerdo que siempre me ayudabas con los deberes y me defendías de las tontas que siempre me tiraban del pelo. Mamá y papá están muy orgullosos de ti.
- Os agradezco todo esto. Sois los mejores. No podría vivir sin vosotros. –Comimos. Después nos fuimos a casa.

Pasan los días y llega Nochebuena. Lo tenemos todo preparado. Vamos a cenar con la familia de Mike. Sam está muy nerviosa porque va a ser la primera vez que cena con sus suegros. Empezamos a cenar y charlamos de nuestras vidas y de anteriores cenas de Nochebuena. Sam queda con Mike y Katy para salir por ahí en Navidad así que estoy sola en casa con Yosh. Estamos viendo la tele.
- Por cierto Yosh, ¿has hablado con los que te quieren contratar en la universidad de Washington?
- No, me dijeron que me decidiera en enero.
- ¿Has decidido ya?
- No. Por una parte es una gran oportunidad pero por otra, dejo mi vida aquí. Es una gran decisión y quiero esperar para ver si recibo una señal.
- ¿Una señal?
- Sí. Algo que me haga ver si debo irme o quedarme.
- ¿Es Sonia una señal?
- Lo dudo. Como ya te dije no es nada serio. Nos divertimos juntos pero los dos sabemos que no estamos hechos el uno para el otro. Y tú, ¿qué tal con Bobby?
- Siniestro total. Es muy duro pero no puedo estar con una persona que no confía en mí.
- ¿Has hablado con él?
- Sí, me ha pedido perdón y me ha dicho que tengo razón. Hemos quedado como amigos.
- Es lo mejor.
- Sí. Cambiando de tema. Al final no me has contado cuántas chicas te dieron calabazas en la universidad.
- No quiero hablar de ello. –Se pone muy serio.
- Lo siento Yosh. No quería ofenderte. –Se empieza a reír.
- Te lo has creído.
- Eres, eres… Más te vale que corras.
- No te tengo miedo.
- Pues deberías o ¿no recuerdas que siempre he sido más rápida que tú?
- Es verdad. –Se levanta y se va corriendo. Voy detrás de él.
- Ven aquí y dímelo a la cara.
- No que me pegas.
- Si no te voy a hacer nada.
- ¿Me lo prometes?
- Sí.
- Vale. –Para y le empujo un poco-. Has dicho que no me ibas a hacer nada.
- Mentí. –Salgo corriendo y él me persigue-. No vas a cogerme.
- Ya lo veremos. –Empezamos a correr alrededor del sofá y él se da media vuelta, me agarra, me empieza a hacer cosquillas y nos caemos al sofá-. ¿Ves cómo te he cogido?
- Has hecho trampa.
- Eso no es verdad.
- Sí, has hecho trampa, como haces siempre.
- Mentira. –Y sigue haciéndome cosquillas.
- Por favor para. Me voy a morir de la risa. –Para.
- Nunca me había reído tanto.
- Sí, ha sido divertido volver a la infancia. –Nos miramos a los ojos y lentamente nos vamos acercando el uno al otro hasta casi besarnos. Sólo nos separan unos pocos centímetros y entra Sam.
- Lo siento. –Nos separamos bruscamente-. Espero no haber interrumpido nada.
- No, tranquila. Yo ya me iba a ver a Sonia. Nos vamos a patinar.
- Sí, yo iba a recoger un poco mi habitación. Que te lo pases bien. –Sam se queda un poco confusa. Va a mi habitación.
- Oye Alex. ¿Se puede saber qué os pasa?
- No sé. Estábamos hablando de no me acuerdo, después nos empezamos a perseguir y acabamos en el sofá a punto de besarnos. Ha sido todo muy extraño.
- ¿Hay algo entre vosotros?
- ¡Qué va! No sé. Es como si se hubiera detenido el tiempo y sólo existiéramos él y yo.
- Suena a peli de pastelada romántica.
- Sí, pero lo que dicen es verdad.
- Ay, Alex. Sigues enamorada.
- No, yo no… ¡Ay! Sigo enamorada. Pero ¿por qué? Creí que lo había superado. ¿Por qué me tienen que pasar estas cosas a mí?
- Per si no hay ningún problema. Tú estás soltera y él, bueno, todos sabemos que no quiere a Sonia.
- Sí, pero tampoco me quiere a mí.
- Eso no lo sabes.
- Ya te lo digo yo. Él nunca ha sentido nada por mí y ahora no ha cambiado.
- Y ¿por qué casi os besáis?
- No, la cosa no ha sido así. Yo he sido la que iba a besarle.
- Perdona pero cuando he entrado he visto que no eras la única que ha cerrado los ojos y se disponía a besar.
- Son imaginaciones tuyas.
- Per ¿por qué te cierras? No estás del todo segura de que no sienta nada por ti.
- Sí lo estoy.
- No.
- Te digo que sí.
- No. –Empezamos a alzar la voz-. Estoy segura de que sabes que siente algo por ti.
- Sam, tú no sabes nada. Entre nosotros no ha habido nada, no hay nada y nuca lo habrá. ¿Vale? –Empiezo a sollozar.
- Pero, ¿es que acaso te dijo algo?
- Sí. El día que quedamos para hacer un picnic porque habíamos aprobado Selectividad, bebimos un poco y se lo dije. Le confesé que estoy enamorada de él.
- Y ¿qué dijo él?
- Se puso muy serio y me dijo que lo sentía pero que no era recíproco. Él sólo quería una amistad conmigo. Me destrozó el corazón.
- Pero estaba borracho, no pensaba lo que decía.
- Sam aún te queda mucho que aprender. Los borrachos y los niños siempre dicen la verdad. Además al día siguiente no se acordaba de nada. Evité tener una relación incómoda así que lo dejé estar como si no hubiera pasado nada, pero yo sé la respuesta a mi pregunta.
- Lo siento.
- No pasa nada. Dicen que es mejor haber amado y perdido que no haber amado nunca y si él no siente lo mismo es porque hay otra persona por ahí.

Sam y yo no hemos vuelto a hablar de ello. Ya ha pasado Año Nuevo y tenemos que volver a la rutina. Estoy en mi clase repasando las notas que hice en la reunión que tuve con los padres de Cameron. Les comenté que no estaba segura de que fuese una buena idea dejarla ir a la excursión. Me prometieron que si mejoraba las notas estarían de acuerdo en darle permiso. Yo acepté aunque no del todo convencida. Alguien  llama a mi puerta y dejo las notas para luego.
- Adelante.
- Soy yo.
- Hola Yosh. Dime. –Desde el incidente del casi beso ha estado muy distante de mí.
- Cómo he visto que tenías un rato libre, he querido venir a hablar contigo.
- ¿Pasa algo?
- Últimamente he notado que Sonia me está cogiendo demasiado cariño. Creo que quiere que esto sea serio. Me está forzando para que nos acostemos y no creo que sea una buena idea.
- Pero lleváis saliendo unos meses, ¿aún no habéis hecho nada?
- No, porque yo creía que quedábamos juntos para pasarlo bien, pero nunca como una verdadera cita. Yo no la considero mi novia pero ella sí.
- Pues tienes que aclarárselo.
- Por eso estoy aquí. ¿Cómo se lo digo sin hacerle daño?
- Dile que no te ves preparado para una relación seria y que respete tu opinión. Si no quiere tendrás que dejar de verla.
- Vale. Gracias Alex. –Me da un beso en la mejilla-. Adiós, nos vemos en casa.
- Hasta luego. –Menos mal que él no quiere nada con ella. No me fío ni un pelo de esa chica. La veo capaz de cualquier cosa. Ahora que lo pienso ya queda sólo una semana para irnos a la excursión y aún no he preparado nada. Tengo que quedar con Yosh y el otro profesor que venga para pensar en las actividades, el reparto de habitaciones y todo. Voy a hablar con los alumnos a ver con quién quieren dormir.


Madre mía qué rápido se ha pasado la semana, y es
domingo por la tarde. Voy a ver cómo va Sam con la
maleta.
- Hola, ¿qué tal vas?
- Ya estoy terminando. ¿A qué hora sale el autocar?
- A las 8:00 am. Tardaremos dos horas y media en llegar más o menos. Una pregunta, no sé si te acuerdas de la conversación que tuvimos hace tiempo en la que me preguntaste qué deberías hacer con lo de Mike y el campamento.
- Sí, lo recuerdo.
- ¿Has decidido algo?
- En parte. He hablado con Mike y él está tan nervioso como yo, no creo que hagamos nada.
- Me parece bien aunque si llegara a pasar algo llevo preservativos, la seguridad ante todo.
- Y ¿por qué llevas preservativos?
- ¿Te crees que los profesores somos tontos? Sabemos que muchos van a aprovechar la ocasión y tenéis todos casi 18 años, no os juzgo porque al fin y al cabo podéis hacer lo que queráis. Los llevo para que no haya disgustos. Ya he pasado por ello.
- ¿En serio?
- Sí. Cuando estaba en la universidad con mi novio, se nos rompió el condón y estábamos muy nerviosos. Al final no pasó nada.
- Te agradezco que seas tan abierta conmigo.
- Soy tu hermana, que esté a tu cargo no significa que nuestra relación sea como la que tenías con papá y mamá. Entiendo por lo que estás pasando porque lo pasé hace poco. Bueno, ¿te apetece que pidamos comida china para cenar?
- Sí. ¿Va a cenar Yosh con nosotras?
- Voy a preguntárselo. –Bajo y me dirijo a la habitación de Yosh. Tiene la puerta abierta, está haciendo la maleta.
- Toc, toc. –Se gira.
- Hola. Pasa.
- ¿Te vas a quedar a cenar?
- Sí. Por cierto, me ha llamado la directora. Me ha dicho que Marcus no va a poder venir a la excursión. Se le ha adelantado a su mujer el parto. Está buscando otro profesor para que vaya aunque a estas horas, vamos a tener que ir nosotros solos.
- Bueno, habrá que estar más pendiente de los chicos.
- De todas formas me avisará luego.
- Vale. Voy a pedir ya la cena. Te aviso cuando esté.
- Oye Alex, antes de que te vayas.
- Dime.
- He hablado con Sonia como me dijiste y parece que se lo ha tomado muy bien. Me dijo que sólo se quería acostar conmigo porque creía que teníamos una  amistad con favores.
- ¿Sexuales?
- Sí. Es un poco rara. Pero le dije que yo no quería algo así. Me ha dicho que no pasa nada.
- Me alegro de que lo hayáis resuelto. –Llaman al timbre-. Abro yo. –Me dirijo a la puerta y abro.
- ¡Hola! Ah, eres tú. ¿Está Yosh?
- Hola a ti también Sonia. Sí, pasa, le diré que has venido. –Entra y cierra la puerta. Voy a avisar a Yosh.
- Hola Sonia.
- ¡Yosh! ¿A que no sabes quién va a ir a la excursión en vez de Marcus?
- ¿Quién?
- Yo. –Le abraza-. ¿A que es genial?
- Estupendo. Así nos divertiremos más ¿verdad Alex?
- Sí, cómo no. –Dios, se va a armar la gorda.
- Bueno me voy que tengo que preparar la maleta.
- Vale, hasta mañana.
- Adiós, Alex.
- Adiós. Bueno voy a pedir la comida. –Cenamos tranquilos y nos vamos a dormir. Nos levantamos temprano, nos duchamos y nos vamos al instituto. No tardaron en venir los alumnos con sus padres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario