Lectores

viernes, 4 de mayo de 2012

Capítulo 3

- ¿Dígame?
- Ahora entiendo por qué papá y tú os queríais deshacer de ella.
- Cariño, sé que es una niña difícil pero ten paciencia.
- ¿Difícil? Di mejor que se cree el ombligo del mundo y que no tiene respeto por lo que hacen los demás por ella.
- Cielo, ya lo sé. Tu padre y yo pensamos que mandarla allí contigo sería una buena idea, así la puedes ayudar. Por favor cariño, hazlo por ella. Ayúdala.
- Sí, mamá, tranquila. Ésta no sabe con quién se está enfrentando. Dale recuerdos a papá, y nos vemos en la boda de Niki. Adiós.
- Adiós. –Esta niña se va a enterar. Sigo con mis cosas del día a día. Invito a Bobby a cenar. Estamos cenando y Sam hace su aparición.
- ¿Dónde está mi cena?
- Sam, primero se saluda. Sé educada que además tengo un invitado esta noche.
- Pero ¿qué más te da? Si seguro que sólo es otro con los que te acuestas. Mañana habrá otro por aquí.
- ¡Sam! No te consiento que me hables así.
- Déjame en paz.
- Mira Sam, no sé qué tipo de educación te han estado dando mamá y papá pero quiero que sepas que ya no estás en casa, ahora estás conmigo y yo no soy mamá y papá. No te voy a consentir que me hables así, ni tampoco que te creas que esto es un hotel todo incluido. Por lo pronto esta noche no cenas y mañana voy a tener una conversación muy seria contigo y vamos a dejar las cosas muy claras en esta casa porque si estás aquí es gracias a que te acojo por-que eres mi hermana al fin y al cabo. Vete ahora mismo a tu cuarto. –Se mete en su cuarto dando un fuerte portazo.
- Oye Alex, si prefieres que me vaya…
- No, no te preocupes. Es mi hermana. Ha venido a estudiar aquí pero se cree que soy su esclava. Tengo que tener mucha paciencia para poder sobrellevar todo esto. Prefiero que te quedes y me hagas compañía.
- Vale. –Me da un suave beso y me relajo un poco más. Al día siguiente preparo el desayuno para Sam. Al poco rato se levanta.
- Buenos días. –Se lo digo de forma cariñosa porque al fin y al cabo quiero hacer las paces con ella. Espero que podamos hablar de su problema de la edad del pavo.
 - Alex, lo he estado pensando y tienes razón. No te debería haber hablado así. Pídele perdón a tu novio de mi parte. Me siento muy mal. –Puedo notar que no ha dormido en toda la noche. Tiene los ojos hinchados como si hubiera estado llorando. Sollozando-. Lo siento, de verdad, últimamente no sé qué me pasa. No sé si es cosa de la edad o de la regla... –Rompe a llorar.
- Sam, no llores cariño. Ven siéntate aquí en el sofá con-migo. Sabes que aunque llevamos tiempo sin vernos me puedes contar lo que quieras.
- Lo siento. Es culpa mía.
- ¿Qué es culpa tuya?
- Mario me amenazó. Me dijo que si le dejaba solo en España vendría a por mí. Me dijo que era una zorra. No me quise acostar con él porque aún no estaba preparada y me pegó. Es culpa mía. –Sigue llorando.
- Sam, no, no es culpa tuya. Hiciste bien en no acostarte con él. Ahora mismo se lo decimos a mamá y a papá para que le denuncien. Estate tranquila. –La estuve calmando un rato hasta que se quedó dormida. Llamo a mis padres y se lo cuento todo. Me prometen que le van a denunciar. Le dije a Bobby que cancelaba la cita con él y decido pasar el día con Sam. Me acerco a ella. Aún duerme. Le acaricio el pelo. Me hace recordar a cuando éramos pequeñas y la consolaba cuando se hacía daño. La veo tan frágil que me da miedo tocarla. Al poco rato se despierta.
- Hola dormilona. He hablado con mamá y papá y ya han puesto la denuncia. ¿Qué tal estás?
- Mucho más tranquila. Gracias.
- No me las des. ¿Te apetece que vayamos a comprar ropa nueva para que la estrenes en el instituto? –Me responde con una sonrisa. Llegamos al centro comercial y se podría decir que fundimos la tarjeta de crédito. Nos sentamos a comer un helado.
- Alex, estoy muy arrepentida por mi comportamiento. Me siento muy avergonzada por lo que le dije a tu novio. Muy guapo por cierto. ¿Cómo se llama?
- Se llama Bobby. Es un paciente mío. Entonces ¿aún eres virgen?
- Sí. Sabía que Mario no era el adecuado. Prefiero esperar un poco más. ¿A qué edad la perdiste tú?
- A los 19, con un universitario. Estuvimos saliendo durante dos años. Le dejé porque descubrí que yo no era su única novia. Tenía cuatro.
- ¿En serio? ¡Qué aguante! –Nos reímos. De vuelta a casa
estuvimos charlando del tiempo que nos hemos perdido de cada una y me doy cuenta de que es muy parecida a mí en muchos aspectos.Al día siguiente le deseo mucha suerte ya que empieza su nuevo curso en un instituto nuevo y en un país totalmente diferente. Menos mal que sabe mucho inglés. Mientras Sam está en el instituto atiendo a mis pacientes.

Sam entra en la clase un poco nerviosa.
- Buenos días, tú debes de ser Sam. Pasa y siéntate. –Se sienta en la única silla que queda libre, al lado del chico más guapo e interesante que ha visto en su vida. Él al verla siente lo mismo.
- Hola, me llamo Mike.
- Y yo Sam, encantada –ambos se ruborizaron. Los dos son tan tímidos que no se vuelven a dirigir la palabra. Pero cada uno mira al otro disimuladamente. Al llegar a casa se sienta a ver la tele conmigo.
- Hola Alex.
- Hola, venga, ¿cómo se llama? –Se pone roja.
- ¿Cómo se llama quién?
- Venga, no te hagas la inocente que conozco esa cara, venga, habla por esa boquita.
- Se llama Mike. Es mi compañero de pupitre. Es monísimo. Pero me da mucha vergüenza. Además, tampoco se ha fijado en mí.
- Bueno, eso tú no lo sabes. Mañana te acompaño, le veo
y te digo, pero no te preocupes que seguro que él siente lo mismo, o si no ya me encargaré yo de que sienta algo por ti –nos reímos. La invité a cenar y pasamos una buena conversación de hermanas: chicos, ropa… cosas interesantes. Al día siguiente la acompaño al instituto.
- Es ese. ¿Qué te parece?
- Es muy mono. Sal y dile algo a ver si se sonroja. Hasta luego cariño. –Se va, se acerca a Mike, le saluda y puedo observar que los dos están nerviosos. ¡Qué monos! Me hubiera gustado haber tenido un amor de adolescentes como ella. Me voy a casa y empiezo mi jornada laboral.

A Sam le toca clase de biología pero no tiene compañero. Mike se acerca y Sam puede notar que se le va a salir el corazón. Esta mañana cuando entraron se le quedó miran-do una chica que al parecer era la más popular. La miró con tanto odio que Sam se preguntó si no era la novia de Mike.
- Oye Sam, me estaba preguntando si quizás ¿te gustaría ser mi compañera?
- Me encantaría. –Empiezan a diseccionar la rana.
- Oye, ¿te puedo hacer una pregunta?
- Sí, claro. Lo que quieras. Mientras que no sea si entiendo lo que estamos haciendo, porque no tengo ni idea –se ríen.
- No, tranquila si yo tampoco tengo ni idea. ¿Eres de
España?
- Sí, ¿cómo lo sabes?
- Por tu acento, pero tranquila,tu voz es muy reconfortante –se pone colorado-. Tengo entendido que se te dan muy bien las mates y bueno me preguntaba  si no te importa darme alguna clase de vez en cuando.
- Por supuesto. Cuando tú quieras. Pero ¿no crees que tu novia tendrá algún inconveniente? –Dice mientras señala  a la chica rubia de dos mesas más a la derecha.
- ¿Cameron? No es mi novia. Es mi ex novia. Lo dejamos antes de que empezase el verano. Si lo dices porque te mira con cara de odio tranquila. No te va a hacer nada.
- Ya me quedo más tranquila. ¿Puedo preguntar por qué lo dejasteis?
- Me empezó a presionar para que lo hiciéramos pero yo le dije que no porque aún no estaba preparado. Ella no era virgen por esa época. Pensaba que yo no lo sabía y entonces decidió que si yo no me acostaba con ella, ella se acostaría con otros. La pillé en los vestuarios con Dick, el capitán del equipo de fútbol. Al parecer se estaba tirando a todo el equipo. Entonces le dije que era una zorra y que si tantas ganas tenía de sexo que lo hiciera con su nuevo no-vio. Cierto que yo pasé a ser el cornudo pero ella pasó a ser la putilla del instituto. Antes de que rompiésemos la gente sabía qué tipo de persona era pero después de nuestra ruptura todo el mundo la insulta por los pasillos. Pero no te creas, sigue tirándose a medio instituto. Yo creo que las chicas y yo somos los únicos que no han pasado por ella. Y no se me han olvidado los profesores.
- ¿Los profesores también? Madre mía.
- Sí. El psicólogo del año pasado se fue por acoso. Cameron se quiso acostar con él para que no les dijera a sus padres que era una compradora compulsiva. Pero no me importa. Me arrepiento de haber salido con ella pero al menos me alegro de no haberme acostado con ella, segura-mente me habría pegado de todo.
- Pero mi pregunta es ¿por qué me mira como si fuera tu novia y estuviese celosa?
- Porque hace una semana me dijo que estaba muy arrepentida, que había cambiado y quería volver conmigo. Le dije que no, y supongo que ahora está enfadada.
- Ah, bien, es bueno saberlo. –Lo dice con tono preocupante.
- Tranquila, no te va a hacer nada. Volviendo a mi pregunta del principio, ¿te parece bien que vaya esta tarde para que me des clases?
- Sí, además si quieres te puedes venir a comer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario