Lectores

viernes, 4 de mayo de 2012

Capítulo 4

- Me parece bien.
Las horas pasan lentamente y Sam ansía llegar a su casa para estar con Mike a solas. Por el camino charlan sobre sus vidas. Cuando llegan me alegro al verle. Está claro que lo de ligar lo ha sacado de mí.
- Hola Alex, este es Mike, un amigo del instituto, ¿te importa si se queda a comer?
- No, qué va. Encantada, soy Alex, la hermana de Sam. Bueno chicos os dejo que tengo que hacer algunos recados. Os dejo la comida lista, sólo tenéis que calentarla. Espero que te guste la pasta Mike.
- Sí, muchas gracias.
- Hasta luego. Si necesitáis algo me llamas al móvil.
- Bueno, pues, ¿comemos?
- Sí. –Comen en silencio, después se ponen a hacer los deberes. Al acabar se quedan en silencio, un silencio muy embarazoso. Ninguno sabe qué decir.
- Pues ya hemos terminado. Sam, siempre he querido aprender español y me preguntaba si no te importaría enseñarme.
- Por supuesto. Está bien. Empecemos por cosas fáciles. Me imagino que sabrás decir “hola”. ¿Qué quieres que te enseñe?
- Me gustaría que me enseñases a decir “Do you want to go out with me?” –En ese momento Mike coge la mano de Sam y ella comprende que él siente lo mismo por ella. Se pone muy nerviosa.
- Bien, pues se dice “¿Quieres salir conmigo?”
- Vale, creo que me ha quedado claro, lo voy a usar, ¿quieres salir conmigo?
- Sí, es decir yes, bueno me habrás entendido. –Le sonrie.
- Y ¿cómo se dice “i want to kiss you”?
- Pues se dice “quiero besarte”. –Mike se acerca un poco a Sam, tan cerca que sólo los separa unos pocos centímetros. Le empieza a acariciar la mejilla, mira sus labios y le dice:
- Quiero besarte. –Entonces los dos aproximan sus labios, cierran los ojos y se besan. Es el mejor beso que le han dado a Sam. Después Mike mira la hora y le dice que se tiene que ir. Ella le acompaña a la puerta y a modo de despido se dan otro beso aún más intenso. Cuando cierra la puerta ambos cierran los ojos y rememoran lentamente el dulce sabor de un beso con verdadero sentimiento. Se queda viendo la tele y al rato llego de hacer mis compras.
- ¿Ya se ha ido Mike?
- Ajá.
- ¿Lo habéis pasado bien?
- Ajá. –Ella sigue absorta en sus pensamientos.
- Estaba pensando en matar a la vecina y así fugarnos en un barco que lleve basura. ¿Te parece bien?
- Ajá, lo que tú digas.
- ¡Sam! –Lo digo chillando para sacarla de su mente.
- ¿Qué te pasa?
- No, ¿qué te pasa a ti? ¿Es que os habéis besado? –Sam se pone roja y entonces lo comprendo-.¡Ah, os habéis be-sado! ¡Qué monos! Un amor adolescente. –Me siento con ella-. Y dime, ¿cómo fue?
- Pues, pues, el mejor beso de mi vida.
- Oh. ¡Qué bonito! Y tú que pensabas que no le gustabas. –Sonrie-.  Me alegro mucho por ti Sam. ¿Qué quieres cenar hoy?
- Sorpréndeme. –Cocinamos juntas una pizza, se nos quema un poco pero está rica. Me hace recordar cuando éramos pequeñas. Nos vamos a dormir.Al día siguiente media hora antes de que Sam se vaya al instituto suena el timbre. Abro la puerta.
- Hola Alex, vengo a acompañar a Sam a clase. –¡Qué
mono!
- Sí, tranquilo, pasa. Está terminando de desayunar.
- Gracias. –Va a la cocina y se acerca a Sam-. Hola, ¿có-mo estás?
- Mejor, ahora que has venido. –Se acercan y se dan un ligero beso-. Espera a que me lave y nos vamos.
Terminada la tarea se despiden de mí y ponen rumbo al instituto. Yo me quedo atendiendo mis tareas.

Al llegar a clase Mike aprovecha para ir al baño y Cameron se acerca a Sam.
- Si crees que te vas a salir con la tuya estás muy equivocada.
- ¿Perdona?
- No te hagas la inocente que me han dicho que tú y Mike estáis saliendo. Que sepas que no vais a durar.
- Mira, rubia oxigenada. A mí, no me amenazas. Y si Mike y yo estamos saliendo no es de tu interés. Si te dejó es porque eres una guarra que se acuesta con cualquiera.
- Yo sólo te digo que es cierto que Mike me dejó, pero al fin y al cabo me desea, y si no, al tiempo. Yo que tú no me hacía ilusiones, al fin y al cabo todos los chico son iguales. Si piensas que Mike es diferente estás muy equivocada y te lo puedo demostrar cuando quiera. –Se va dando un giro claramente aprendido puesto que su melena se mueve con mucha elegancia. Se sienta en su silla, Mike entra en clase y Cameron le guiña un ojo. Oye una voz detrás de ella y se gira para ver la procedencia del sonido.
- ¿Perdona?
- Te decía que no le hagas caso, sólo tiene una neurona y por suerte no sabe usarla. –Es una chica con aspecto dulce y tímido. Tiene el pelo muy oscuro y unos ojos azules muy claros.
- Gracias. Me llamo Sam.
- Yo me llamo Katy. No es la primera vez que amenaza con quitar el novio a alguna. Lo suele conseguir pero tranquila que mi hermano no te va a engañar. Le conozco muy bien. Si te hace algo me lo dices. –Mike se sienta en la silla.
- No me dijiste que tenías una hermana, y menos que iba a nuestra clase.
- Se me olvidó, lo siento.
- Así que ésta es la chica de la que no paras de hablar en casa ¿no? hermanito. –Mike se pone colorado-. No te preocupes que no ya no te voy a dejar más en evidencia. Somos mellizos, aunque  no nos parecemos en nada. Ni siquiera como dos hermanos normales. Yo he salido a mi madre y Mike a mi padre.
Entra la profesora de inglés y se centran en la clase. En la hora del recreo Sam se queda con Katy que está encantada de estar con una chica no oxigenada.
- ¡Qué suerte que hayas venido a este instituto! Antes estaba muy sola porque yo ni muerta me junto con las oxigenadas. Son las amigas de Cameron. Ellas mandan en el instituto pero si pasas de ellas no te dicen nada. Lo malo es que cualquier baile, excursión o actividad extraescolar lo dirigen ellas. Menos el club de inteligencia: el de mates, el de ciencias, etc. No son capaces ni de pensar por sí mismas. –Se ríen-. Dentro de tres meses nos vamos de excursión a la montaña. Nos vamos un lunes por la mañana y volvemos el domingo por la tarde. Toda una sema­na. Es un campamento sólo para nuestro colegio y está cerca de un lago con cascada, es precioso. Vamos todos los años. Allí las parejas aprovechan para meterse mano y para otras cosas. Allí voy a perder la virginidad con mi novio Kenny. Es el mejor amigo de mi hermano y bueno, hemos pensado que como ya estamos preparados queremos entregarnos en un sitio tan bonito como ese. ¿Y tú vas a hacer de mi hermano un hombre?
- No lo creo porque yo también soy virgen y no me siento preparada.
- Eso está bien. Con mi hermano no vas a tener problema. Él tampoco se siente preparado. Me apuesto lo que quieras a que Cameron se va a acostar con más de cinco tíos en el viaje. Antes ella no era así. De pequeña éramos muy amigas pero le salieron tetas y todo cambió. De todas formas me alegro de haberte conocido y de que seas novia de mi hermano. Cuando estaba con Cameron estaba insoportable. Yo no aceptaba su relación y Mike se distanció de mí. Pero después se dio cuenta de con quién salía y recuperé a mi hermano. Te lo agradezco mucho. –Le coge la mano a Sam y le sonríe.
- No tienes que agradecerme nada. Estoy preocupada porque Mike y yo no nos conocemos de nada y no sé si
esto va a salir bien.
- No te preocupes por eso. Conozco muy bien a mi hermano y sé que no te va a hacer daño. Él lo que necesita ahora es a una chica buena y dulce como tú a su lado. Y ¿quién sabe? A lo mejor estáis hechos el uno para el otro. El tiempo lo dirá. Vámonos a clase que si no el profe de mates nos castiga por la tarde y no me apetece porque tengo que enseñarte la ciudad. Nos vamos los cuatro: Mike, tú, Kenny y yo. Una salida de parejitas. –Sonríe. En su vida había conocido a una chica tan decidida como Katy. Las amigas que tenía en España son insustanciales. Sólo les preocupa su aspecto y lo que los demás piensan de ellas. Sam no es así. A ella le importan más las notas, pero sus amigas la convencieron de que saliera con Mario porque tenía moto y la podía llevar a todas partes. A Sam le parecía mono y se conocían desde hace tiempo. Siempre habían intercambiado miradas pero cuando la amenazó todo cambió. Empezó a tratarla como si fuera una basura. La insultaba delante de sus amigos e incluso le pilló morreándose con Vanessa. Él, por supuesto, le dijo que había sido un beso tonto, que le perdonara, pero después volvía la indiferencia. Se hartó de él y le dejó. Se cabreó mucho y la pegó. Pero ahora Sam no quería pensar en ello. Por fin ha encontrado una amiga más normal y un novio también normal. Pasan las clases y cuando llega a casa me cuenta la actividad de su día.
- Alex, luego he quedado con Katy y con Mike que me quieren enseñar la ciudad. No te importa, ¿verdad?
- ¡Cómo me va a importar! Ahora lo que tú necesitas son amigos. Sólo te pido que no volváis muy tarde. Te dejo la cena hecha, me voy a cenar fuera con Bobby. Pásatelo súper bien. –Nos damos un beso en le mejilla a modo de despido. Sam se reúne con sus amigos y se van a ver la ciudad. Yo mientras tanto limpio un poco en casa. Veinte minutos después suena el timbre. Abro y allí está Cintia.
- Hola Alex. Siento venir sin avisar pero es que me sentía un poco sola y bueno, no sabía dónde ir.
- No te preocupes. Estaba preparando la cena para esta noche para mi hermana. Me voy con Bobby a cenar.
- Ay, lo siento. Me debería ir.
- No, no. Te puedes quedar hasta que venga. No me importa.
- Está bien. –Nos vamos a la cocina. Le sirvo una copa de vino mientras que yo termino de cocinar-. Y ¿cómo has dicho que se llama tu novio?
- Bobby. Es arquitecto.
- ¡Qué casualidad! Mi antiguo novio se llama Bobby y también es arquitecto. Nos compramos una casa en común y yo la decoré pero la cosa no salió bien y lo dejamos.
- Un momento. ¿Es rubio tu ex?
- Sí. Con los ojos verdes.
- Y ¿se apellida Wilson?
- Sí, ¿cómo lo sabes?
- Porque ahora está saliendo conmigo.
- ¿En serio? ¡Qué coincidencia! Le hablé de ti alguna vez, pero nunca dije tu nombre. Lo dejamos…
- Hace seis meses. Vino a mi consulta hace seis meses porque se sentía muy mal, había terminado una relación.
- Pues vaya. Bueno, le conozco muy bien y me alegro de que estéis juntos. Va a ser interesante volver a verle. Des-de que lo dejamos sólo le vi cuando fui a recoger las cosas que me dejé en el piso. Pero no te preocupes, estoy muy bien ahora que he descubierto que soy lesbiana.
- ¿Eres lesbiana?
- Sí. No sabía cómo decírtelo y me inventé lo de que estaba sola.
- ¿Por qué estabas tan preocupada? Soy psicóloga, he visto de todo. ¿Acaso creías que iba a cambiar nuestra amistad por eso?
- Supongo que sí. Pero ahora me he dado cuenta de que fui una tonta. Perdóname por no haber confiado en ti. A quien no se lo quiero decir es a Susan, seguro que me propone que pruebe con ella. Esta chica está cada vez peor. ¿Crees que puede tener un problema con el sexo?
- Sí. Pero ya sabes cómo es. Me dirá que estoy loca. No sé, pero me temo lo peor. –Suena el timbre-. Espera, que voy a abrir. –Abro la puerta.
- Hola cariño. Siento llegar un poco temprano pero hoy he salido antes del trabajo y quería darte una sorpresa.
- Antes de que entres. Me acabo de enterar de que tu ex es mi ex compañera de piso. Está aquí. Ha venido para decirme que es lesbiana así que no te sorprendas de lo que te vaya a decir.
- ¿Cintia está aquí? Tranquila, yo ya sabía que era lesbiana. Una noche mientras dormía me lo confesó.
- Pasa. Está en la cocina. –Nos dirigimos a la cocina-. Supongo que no tengo que presentaros.
- Hola Cintia. Te veo muy bien.
- Yo también. Bueno, Alex. Me voy a ir. Te llamo otro día. Me ha gustado volver a verte Bobby. Adiós.
- Adiós. –La acompaño a la puerta y vuelvo a la cocina.
- Deja que termine la cena de Sam y nos vamos. –Termino de cocinar y nos vamos al restaurante. Durante la velada me cuenta cómo conoció a Cintia. Al llegar a casa me despido de él. Entro en casa y Sam está dormida en el sofá. La despierto y se va a la cama. Yo hago otro tanto.
Los días pasan tranquilos. El sábado lo dedico a mirar las facturas. Madre mía los gastos que tengo.
- Alex, ¿te pasa algo? Tienes cara de preocupada. –Lanzo un hondo suspiro.

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