-
Estoy muy contenta de que salgas con mi hermana. –Se pone rojo-. Pero me
gustaría que supieras una cosa. No quiero que se entere de que te lo he dicho
así que no le comentes nada. A ver, su último novio la presionó para que se
acostase con ella, ella se negó, él la pegó y la amenazó con seguirla hasta
aquí. Mis padres ya le han denunciado y está todo bien, pero ella sigue un poco
dolida y aún no acaba de confiar en vosotros por lo que te pido por favor que
no intentes nada con ella, aún está muy sensible.
-
No tranquila. Yo también soy virgen y quiero mucho a tu hermana pero no estoy
preparado.
-
Me alegro mucho, y por favor no lo comentes con ella, me matará si se entera de
que te lo he contado.
-
Descuida, seré una tumba. Gracias por confiar en mí.
-
No es nada, tranquilo. Tampoco me ha costado mucho. Se ve que eres un buen
chico.
-
Gracias, hasta luego.
-
Adiós. –Bueno, un problema menos. La verdad es que este chico me da buenas
vibraciones. Llaman a mi puerta-. Adelante.
-
Hola Alex.
-
Hola Yosh. Dime.
-
Me preguntaba si querías que te enseñase el instituto, como eres nueva.
-
Me encantaría. Espera un momento que termine de guardar estos papeles. –Me
levanto e intentando ordenarlos se me caen todos al suelo-. Mierda.
-
Tranquila, yo te ayudo. –Nos agachamos para coger los papeles y sin querer pone
su mano en la mía, entonces nos detenemos y nos miramos a los ojos.
-
No recordaba que tuvieras unos ojos tan bonitos. –Lo dije bajito.
-
¿Qué dices Alex?
-
Toc, toc. Ups, perdón. Vi que habías entrado aquí y vine a buscarte. –Nos
incorporamos y Yosh se acerca a ella.
-
Hola. Mira, esta es Alex, una antigua amiga de la infancia y la nueva
psicóloga. Alex, esta es Sonia, la profesora de música.
-
Y su novia. –Sonrió de una manera que me dio hasta miedo.
-
Encantada.
-
Igualmente. –Rechaza mi apretón de manos-. Yosh, me prometiste que me ibas a
ayudar con los carteles.
-
Es cierto. Alex, ya hablamos luego.
-
Sí, tranquilo. Si de todas maneras tengo mucho que hacer.
-
Entonces nos vemos luego.
-
Adiós. –Yosh sale y Sonia se me acerca un momento.
-
Yosh es mío, yo le vi primero. Y más te vale que no te vea flirteando con él o
tú y yo vamos a tener un problema. Como veo que te ha quedado claro me voy.
Hasta luego Alex, ha sido un placer conocerte. –Y se va dando un portazo. Madre
mía, esta chica está fatal. Más me vale que tenga cuidado. El resto de la
mañana pasa normal. A la hora del recreo veo a Sam y a Mike darse un beso, no
puedo evitar sonreír. Yosh se me acerca.
-
¿Por qué sonríes?
-
Míralos. Tan jóvenes, tan libres. Me hubiera gustado haber tenido una relación
como esa a su edad.
-
¿Es que no estabas saliendo con José?
-
¡Qué va! Él no me gustaba.
-
Entonces, había otro chico.
-
Es posible.
-
¿Le conozco? –No sabes hasta qué punto.
-
No.
-
¿Nunca saliste con él?
-
Me hubiera gustado pero él nunca sintió nada por mí.
-
Lo siento. Escucha, antes no pude enseñarte el instituto pero si quieres luego
te hago la visita guiada por este bonito país llamado cárcel. –Nos reímos.
-
No recordaba que siempre me hacías sacar una sonrisa.
-
¿Eso es un sí?
-
Sí.
-
De acuerdo, entonces luego va a recogerte la limusina, estate preparada porque
va a ser una visita muy instructiva.
-
No lo dudo. Hasta luego.
-
Adiós. –Ahora entiendo por qué me enamoré de él. Ay, noo!! No puedo pensar eso,
ahora yo estoy con Bobby y estoy muy feliz. Yosh es agua pasada. El resto del
día pasa normal. Cuando termino me doy cuenta de que seguramente me voy a
retrasar con Yosh y Bobby es muy puntual. En el momento que cojo el móvil para
avisarle vía mensaje, llaman a mi puerta.
-
Adelante. –Yosh entra vestido de guía turístico y no puedo evitar reírme-. Pero
¿de qué vas vestido?
-
¡Qué pasa! Te dije que te iba a enseñar el instituto.
-
Sí, pero no sabía que te ibas a vestir para la ocasión.
-
Ya me conoces, soy muy entregado en las cosas que hago.
-
Ya lo veo.
-
¿Empezamos? –Dice mientras extiende su brazo indicando la salida de la puerta.
-
Por supuesto. –Me fue enseñando las clases. Salimos al patio.
-
Ven por aquí, te voy a enseñar un sitio que está un poco escondido y que
descubrí un día que buscaba a una niña. –Me lleva a una especie de rincón que
está escondido por unos arbustos. Es precioso, está lleno de flores y tiene una
pequeña fuente que aunque ya no echa agua hace muy bonito.
-
Es precioso.
-
¿De verdad te gusta?
-
Sí. Me recuerda a nuestro rincón secreto en nuestro jardín.
-
Cierto, siempre que vengo me acuerdo de ti y de cuando jugábamos a que ese era nuestro
reino y nosotros sus reyes.
-
Es verdad. Recuerdo que tu hermano nos pedía entrar y tú no le dejabas. Eras un
poco cruel.
-
Pero si le hubiera dejado nos hubiera molestado.
-
Cierto.
-
Bueno, pues aquí acaba la visita. Espero que te haya gustado. En el pabellón de
la izquierda podrás llevarte un recuerdo de la visita. Ya nos podemos ir.
–Siempre tan payaso. Vamos caminando a mi clase, cojo mis cosas y me acompaña a
la salida. Una vez en la puerta:
-
Te agradezco mucho la visita. Me he reído mucho.
-
No ha sido nada. Ha sido agradable volver a la infancia.
-
Estoy de acuerdo. –Nos quedamos mirándonos y veo como Bobby se acerca en su
coche y aparca.
-
Hola Alex. –Se acerca a mí y me da un beso en la mejilla.
-
Hola. Os presento: Bobby, este es Yosh, un profesor y amigo de la infancia.
Yosh, este es Bobby, mi novio. –Se dan un apretón de manos.
-
Encantado.
-
Igualmente.
-
Bueno Alex. Yo me voy que he quedado con Sonia. Hasta mañana. Un placer haberte
conocido Bobby.
-
Adiós, igualmente.
-
Hasta mañana.
-
¿Qué tal el día?
-
Muy bien.
-
Estaba pensando en que vallamos a un restaurante en el que ofrecen espectáculo
y –me coge de la cintura- quizá podrías venir a casa a pasar la noche. –Yo le
rodeo el cuello y me acerco muy despacio.
-
Me parece una idea estupenda. –Nos vamos a comer y llamo a Sam para decirle que
no me espere levantada. A las 7 de la mañana vuelvo a casa, me doy una ducha, desayuno
con Sam, recibo a Mike como todos los días, les despido y me voy al instituto,
pero esta vez en vez de ser monotonía siento un entusiasmo de cuya procedencia
aún desconozco. El día pasa tranquilo. Llego a casa para comer con Sam. Y así
pasan dos meses, durante los cuales comí varias veces con Yosh y mi relación
con Bobby aumentó hasta el punto en el que en mi baño había un cepillo de
dientes más.
Hoy
es lunes y presiento que va a pasar algo, lo que no sé es si es bueno o malo.
Llaman a mi puerta y me liberan de mi desconcierto mental.
-
Alex, será mejor que vengas.
-
¿Qué pasa?
-
Tu hermana se está peleando con una chica y no conseguimos separarlas.
-
¿Qué dices?
-
Vamos, acompáñame. –Vamos corriendo al patio y veo un corrillo de chicos que
rodean a Cameron y a Sam. Me acerco corriendo y entre Yosh y yo conseguimos
separarlas.
-
¡Retira eso que has dicho!
-
Sí, y yo aún soy virgen. Si tu novio no te sabe dar lo que te mereces te buscas
otro que no sea eyaculador precoz.
-
Serás zorra. –Tengo que agarrar con más fuerza a Sam para que no la pegue.
-
Estaos quietas.
-
Ha sido ella.
-
¡Ya basta! Parecéis unas niñas pequeñas. Las dos ahora mismo a mi clase. Vamos
a resolver este conflicto tan destructivo que tenéis. –Las llevamos a mi clase
y Yosh acepta a quedarse conmigo para hablar con ellas. Una vez se sientan y se
tranquilizan empiezo a hablar.
-
¿Qué ha pasado?
-
Mira Alex, yo he ido a pegarla porque me ha dicho que Mike no me va a ser fiel
y que soy una calientabraguetas.
-
¿Es eso cierto, Cameron?
-
¿Es que ahora nos vais a juzgar por decir la verdad?
-
No, si todavía la doy.
-
Sam, por favor.
-
Por lo pronto esta tarde os vais a quedar una hora las dos.
-
Pero Alex si ha sido ella la que me ha insultado.
-
No quiero excusas, os quedáis las dos y punto. –Salgo un momento con Yosh-. Madre
mía, que niña más problemática. Va a conseguir sacar más de quicio a mi
hermana.
-
Pero si crees que tu hermana simplemente se ha defendido ¿por qué la has
castigado a ella también?
-
Porque es mi hermana, podrían decir que le estoy haciendo un favor.
-
Ahí tienes razón. Bueno, me voy que tengo clase. Hasta luego.
-
Adiós y gracias. –Vuelvo a entrar en la clase-. Os podéis ir a vuestra clase. A
la salida venís aquí a cumplir con el castigo. –Cojo del brazo a Sam-. Te
entiendo, te he castigado para que no digan que eres una enchufada.
-
Gracias, supongo. Hasta luego.
-
Adiós. –Sigo haciendo mis tareas y a la salida Sam viene puntual pero Cameron
se retrasa unos minutos-. Podéis hacer lo que queráis mientras que no habléis y
no uséis el móvil. –Se pasó muy rápido. Me voy con Sam a casa y le digo que la
próxima vez se piense las cosas antes de explotar de esa manera.
-
Si ya lo sé, pero entiéndeme, dijo unas cosas horribles.
-
Te entiendo. Yo tuve que lidiar con una como esa en la universidad.
-
¿Y qué hiciste?
- Nada, la acabaron echando porque fue ella la
que me dio un tortazo, aunque una vez expulsada le di un puñetazo en la cara.
Me dolió la mano durante dos días. –Nos reímos.
-
Alex, estoy preocupada y nerviosa.
-
¿Por qué?
-
Todo el mundo dice que la excursión es el sitio perfecto para… ya sabes.
-
Y ¿tú qué piensas?
-
No lo sé. Katy me ha dicho que si no lo hago no pasa nada pero, quiero mucho a
Mike. ¿Crees que me estaré precipitando?
-
Mira Sam, yo como tu tutora aquí te debo decir que ni se te ocurra, pero como
tu hermana sólo te puedo decir que hagas lo que te dicte el corazón. Si de
verdad estás preparada, quieres mucho a Mike y crees que es el adecuado, sólo
te puedo decir: adelante. Pero piénsatelo muy bien, la virginidad sólo se
pierde una vez. No hagas como yo.
-
Tranquila, Mike no es polígamo. –Nos reímos.
-
Escucha, si estás preparada simplemente déjate llevar, sólo déjate amar y te
puedo asegurar que si os queréis de verdad será la mejor experiencia que jamás
has vivido. Pero sólo si lo haces por amor. El sexo por que sí no es tan satisfactorio
como dicen.
-
Gracias. –Nos damos un abrazo. De repente me acuerdo de algo.
-
¡Mierda!
-
¿Qué te pasa?
-
Me he olvidado mi portafolio en clase y lo necesito, tengo que hacer unos
informes. Tengo que ir al instituto. Vuelvo enseguida.
-
Vale. Hasta luego. –Bajo a por mi coche y me dirijo al instituto. Una vez allí
entro en mi clase y cojo mi maletín y cuando ya me estaba dirigiendo al
aparcamiento oigo un ruido que proviene del gimnasio. Me acerco y entro silenciosamente
porque podría ser un ladrón. Saco el perfume que llevo en mi bolso y camino
sigilosamente hasta las colchonetas. De pronto siento que alguien me toca el
hombro, me doy la vuelta y le rocío con el perfume en los ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario